LAS NUEVAS OBRAS DE SETH GLOBEPAINTER EXPLORAN LA INOCENCIA Y LO MARAVILLOSO DE LA INFANCIA

El artista francés Julien Malland alias Seth Globepainter (anteriormente) continúa creando intervenciones inspiradas en la infancia en los alrededores de París y en el resto del mundo.

A principios de este año realizó una gran exposición individual en el museo MoCA de Shanghai, que incluyó elaboradas esculturas e instalaciones específicas para cada sitio. También pintó una de sus piezas más grandes hasta la fecha en las orillas del Sena en París, y participó en una creación asociada con el próximo museo de arte urbano en Mausa Vauban. Los poéticos murales de Malland hacen vibrar a audiencias de todas las edades.

La dulzura y la inocencia de la infancia normalmente contrastan con los entornos caóticos en los que elijo ponerlos", dice el artista. A menudo ubica a los niños en entornos con libros como referencia a su imaginación y creatividad. Después de viajar a más de cincuenta países durante las últimas dos décadas, Malland es muy consciente de la forma en que la globalización y la modernización están influyendo en las tradiciones locales. "Leemos cada vez menos con la proliferación de hábitos de pantalla", explica. "Mientras leemos, creamos nuestras propias imágenes sugeridas por las palabras. La pantalla nos hace perezosos y arruina nuestra imaginación".

Ocho años después de su primera visita a Shanghai, Malland regresó a la ciudad en marzo para presentar un gran proyecto que tuvo lugar dentro de MoCA Shanghai y en sus antiguos callejones. Centrados en la idea de los recuerdos de la infancia, las intervenciones al aire libre se crearon ingeniosamente en edificios derruidos y en calles laterales desiertas. Las obras representaban a niños que jugaban juegos emblemáticos de los años 70 y 80, y evocaban la atmósfera del otrora animado barrio. "La forma de vida tradicional que se desvanece está siendo reemplazada por una sociedad de consumo más común", explica. "Este tipo de transformación es mundial, pero es más rápida y más repentina en China. Pintar esos barrios vacíos me da la oportunidad de resaltar esta metamorfosis y seguir explorando los hábitos tradicionales chinos que todavía me intrigan".

Unos meses más tarde participó en un proyecto iniciado por Itinerrance Gallery y el Ayuntamiento de París, pintando las orillas del Sena junto con 1010, Momies y Nebay. Los cuatro artistas crearon una larga serie de coloridas obras de arte que seguían el lecho del río durante poco más de una milla. Malland pintó una pieza anamórfica visible exclusivamente desde el Pont de la Concorde. La obra mostraba a un niño navegando en un bote de papel en el centro de un arco iris, otra encarnación de su imaginería que habla de la pureza y la ausencia de límites en la imaginación y el espíritu de los niños.

Finalmente, en junio de este año creó dos piezas dentro de Mausa Vauban, un futuro museo de arte urbano en Neuf-Brisach, Francia. Una vez más, exploró la idea de los niños jugando. Una de las piezas es una instalación de un niño pequeño que rompe una pared y deja un montón de coloridos ladrillos esparcidos por la habitación y un pasadizo abierto. Malland está preparando actualmente exposiciones individuales en Londres (noviembre de 2018) y Shaghai (enero de 2019), además de un proyecto al aire libre en un hospital pediátrico de los EE. UU., Y también está trabajando en varios libros nuevos.