Quentin Tarantino explica por qué todavía no tiene (ni tendrá) cuenta en Netflix
Puedes encontrar sus películas en la plataforma de streaming, pero no a él. “Los videoclubs tenían mucho más encanto”, dice el director
En el extracto de una entrevista que se está haciendo viral en YouTube, el director Quentin Tarantino confiesa que no tiene cuenta en Netflix, así como las razones que le han llevado a esta posición cinéfilo-primitivista.
“Los videoclubs tenían mucho más encanto”, opina el director. “Podías ir al videoclub, echar un vistazo, tomar la caja de ésta o aquella película, leer la sinopsis de la parte trasera y, a partir de ahí tomar una decisión. Quizás incluso hablases con el dependiente, y quizás éste te hiciera algunas recomendaciones. Y no me refiero solo a colarte una peli en concreto”, puntualiza, “sino que hacía, en mayor o menor medida, de prescriptor”.
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“Ahora”, continúa, “tienes un catálogo, revisas la lista, paras en algún punto, reproduces o marcas algún título, quizás para no verlo nunca, o para verlo durante 10 o 20 minutos en los que empezarás a hacer alguna otra cosa, y al final te dices ti mismo: nah, realmente éste no me interesa”
Es paradójico que un cinéfago como Tarantino critique, precisamente, el consumo voraz y acrítico al que nos empuja una plataforma como Netflix. Es como si el director, preso de la idea de un protocolo puro, considerase que para practicar dicha cinefagia hay que respetar la mesa y la colocación de los cubiertos en ella.
Sobre su reivindicación del videoclub como templo sacramental, ésta nace, a buen seguro, de su paso por el Video Archives de California, el videoclub en el que Tarantino trabajó antes de convertirse en director de cine. Tras su mostrador, coincidió con el también guionista Roger Avary y el realizador Craig Hamann.
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Según el relato de antiguos clientes de Video Archives, QT y sus compinches excedían el papel de “prescriptor” al que el cineasta hace mención en su entrevista: Tarantino podía negarse a alquilarte un título en concreto por mero elitismo, obligarte a escuchar largas diatribas sobre la película que habías elegido o, literalmente, liarse a puñetazos contigo si devolvías una copia con días de retraso.
“Ese lugar terminó siendo mi universidad”, diría Quentin de Video Archives.
¿Será Netflix la universidad del siguiente Tarantino?
Fuente: PlayGround
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